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Con ferviente fe, perseverancia y dedicación… Todos es posible

jueves, junio 30, 2011

POR QUÉ NO CONSUMIR TRANSGENICOS



Por Walter Navarro M.

El rechazo al D.S. 003-2011, publicado el pasado 15 de febrero en plena Semana Santa, a iniciativa del Ministerio de Agricultura se masifica. Diversos gremios agrarios así como especialistas exigen su derogatoria. Advierten que el decreto “ha sido impuesto por gestión de funcionarios y asesores del Ministerio de Agricultura directamente interesados en el negocio de las semillas transgénicas”.

La tecnología transgénica
Los organismos modificados genéticamente (OMG) se obtienen mediante ingeniería genética, que permite crear plantas, animales y microorganismos manipulando sus genes. La tecnología transgénica no es una simple prolongación de la mejora vegetal por la agricultura tradicional, que permite franquear las barreras entre especies, crea seres vivos que no podrían obtenerse naturalmente o con las técnicas tradicionales de mejora genética
.
La mayor parte de la superficie cultivada con transgénicos la ocupan la soja, el maiz y el algodón (Argentina, Brasil, Paraguay, India y China). Estos cultivos están destinados a alimentación animal y exportación de fibra textil a los países ricos, no a alimentación humana. Por lo tanto, ninguno de los cultivos tiene relación directa con el alivio del hambre.

A pesar de la propaganda sobre multitud de funcionalidades, las variedades comerciales incorporan tan sólo dos características: la resistencia a insectos plaga y/o la tolerancia a un herbicida determinado. Un 81% de la superficie de OMG cultivada en el mundo son plantas resistentes a herbicidas. En el Peru se mercadean 548 productos químicos para el control de plagas, de éstos el 90 por ciento de los plaguicidas vertidos son producidos en países industrializados. El 80 por ciento de su comercialización está en poder de 24 empresas transnacionales, de las cuales Bayer, Ciba Geigy, ICI, Monsanto y Shell controlan la mitad de la venta. Muchos de los plaguicidas que importamos han sido vetados en los mercados desarrollados por ser negativos al ambiente y la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ha certificado el millonario negocio de plaguicidas nocivos.

Aspectos negativos
No hay ninguna prueba de que los transgénicos hayan contribuido a los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Por el contrario, resulta más creíble pensar que este modelo de agricultura industrial que promueve los transgénicos (y lideran unas pocas multinacionales) está suponiendo un obstáculo para su cumplimiento.

A lo largo de 12.000 años de agricultura, se manejaron unas 7.000 especies de plantas y varios miles de animales para la alimentación, pero hoy, según datos del Convenio sobre Diversidad Biológica, sólo quince variedades de cultivos y ocho de animales representan el 90% de nuestra alimentación. Según datos de la FAO, un 75% de las variedades agrícolas han desaparecido a lo largo del último siglo.

Esta pérdida de agrodiversidad tiene consecuencias ecológicas y culturales e implica la desaparición de sabores, principios nutritivos y conocimientos gastronómicos. Amenaza nuestra seguridad alimentaria que depende de unos pocos cultivos y ganado. El saber campesino fue mejorando las variedades, adaptándolas a las condiciones agroecológicas a partir de prácticas tradicionales, como la selección de semillas y los cruces para desarrollar cultivos.

La agricultura industrial e intensiva, con la Revolución Verde, en los sesenta, apostó por unos pocos cultivos comerciales, variedades uniformes, con una estrecha base genética y adaptadas a las necesidades del mercado (cosechas con maquinaria pesada, preservación artificial y transporte de largas distancias, uniformización en el sabor y en la apariencia). Políticas que impusieron semillas industriales con el pretexto de aumentar su rentabilidad y producción, desacreditando las semillas campesinas y privatizando su uso.

La privatización de las semillas

Asimismo se han ido emitiendo patentes sobre una gran diversidad de semillas, plantas, animales, etc., erosionando el derecho campesino a mantener sus propias semillas y amenazando medios de subsistencia y tradiciones. 

Mediante estos sistemas, las empresas se han adueñado de organismos vivos y, a través de la firma de contratos, el campesinado depende de la compra anual de semillas, sin posibilidad de guardarlas después de la cosecha, plantarlas y/o venderlas la siguiente temporada. 

Las semillas, bien común, patrimonio de la humanidad, han sido privatizadas, patentadas y, en definitiva, “secuestradas”. En EE.UU. Monsanto aprovecha estas semillas patentadas para reclamar millones de dólares a agricultores estadounidenses que cometen el “crimen” de guardarlas. Cada año deben comprar nuevas.

El mercado mundial de semillas está monopolizado y sólo diez empresas controlan el 70%. Nuestras agriculturas amenazadas por industrias que controlan nuestras semillas por todos los medios posibles. El resultado de esta guerra será determinante para el futuro de la humanidad, porque de las semillas dependemos todos.

En el Perú es un problema serio. En el sector agropecuario se ubica el 31 por ciento en situación económicamente activa y se concentra el 50 por ciento en extrema pobreza. Según estudios del ministerio de Trabajo hay 3.5 millones ocupados en el agricultura. Las exportaciones peruanas se basan en productos no transgénicos y somos líderes en la exportación de productos orgánicos como el cacao, café, platano, castaña, camucamu, etc., que benefician a miles de pequeños productores como señala la Asociación de Exportadores al rechazar el uso de transgénicos.

Está demostrado que es imposible la coexistencia entre cultivos OMG y ecológicos o convencionales. Los numerosos casos a lo largo de la cadena alimentaria, desde las semillas hasta el producto final, evidencian que la contaminación transgénica es inevitable. La de las semillas que puede alcanzar grandes proporciones en poco tiempo, como  en EE UU, es de especial gravedad por ser irreversible. No hay marcha atrás, es necesaria la retirada del mercado de los OMG por aplicación irrenunciable del principio de precaución.

El Principio de Precaución o prospectiva

Presupone la identificación de los posibles efectos negativos resultantes de un fenómeno, producto o procedimiento, y la evaluación del riesgo por la insuficiencia de los datos o porque la naturaleza de los mismos hace imposible una conclusión acerca del riesgo. 

Si éste es planteado como posibilidad, la ciencia se encargará de probar si existe pues se juega la vida de los seres humanos. Cómo normar este principio es el eje de las decisiones para la legislación y el análisis ético. El riesgo debe ser calculado, valorado, manejado y comunicado y nunca ignorado como pretenden grupos de poder que buscan enriquecerse con la agrobiotecnología.

La ingeniería genética en la agricultura no es una simple herramienta de producción. El debate sobre los cultivos OMG va mucho más allá de la mera aplicación de una tecnología nueva, plantea cuestiones éticas que la sociedad no puede eludir. 

Los conocimientos científicos son insuficientes para predecir las consecuencias de la manipulación del nuevo organismo en el que se han introducido genes extraños (frecuentemente desregulados en su nuevo entorno), ni su evolución e interacción con otros seres vivos una vez liberado un OMG al medio ambiente. 

Según la Comisión Europea, “el proceso de creación de organismos modificados genéticamente está rodeado de incertidumbres, que pueden dar lugar a multitud de efectos imprevistos”. Se trata de una tecnología con alto nivel de imprecisión cuyos efectos son impredecibles a corto como a largo plazo.

Muchas veces el periodismo no logra entender ni transmitir lo que la investigación acerca de los transgénicos realmente significa. Se genera confusión entre ciudadanos y consumidores sobre beneficios y riesgos de las biotecnologías. Reciben informaciones parciales que no pueden contrastar. Para bien o para mal nos vemos llevados a un escenario que nadie comprende del todo pero que hace sentir por sus efectos peligrosos.

La soberanía alimentaria, paradigma alternativo

El agrobusiness se orienta al beneficio económico que se antepone a las necesidades alimentarias y al respeto a la vida y al medio ambiente. Frente a este modelo el paradigma alternativo es la Soberanía alimentaria.

Se necesitan enfoques agrícolas sostenibles, que el gobierno y los especialistas dediquen energías y recursos a desarrollar tecnologías y políticas compatibles con la protección del medio ambiente, una producción segura y de calidad y un reparto justo entre todos los peruanos. 

La soberanía alimentaria implica devolver el control de los bienes naturales,  tierra, agua, semillas, a las comunidades. Luchar contra la privatización de la vida. Por nuestros antepasados nos merecemos mucho más.

Lambayeque: Comuneros de Olmos piden mejoramiento de caminos rurales

Lambayeque: Comuneros de Olmos piden mejoramiento de caminos rurales
El distrito de Olmos es el más extenso de la región Lambayeque y está ubicado a 100 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo.
Los campesinos de los caseríos Pañalá, El Médano y Pumpurre La Mina, ubicados al lado oeste del distrito de Olmos, región Lambayeque pidieron a las autoridades el mejoramiento de los caminos rurales y la construcción de un pozo tubular en la zona.

El presidente de la Asociación Civil para el Desarrollo Endógeno de Pañalá, Santos Inoñán Hernández, señaló que solicitó al Gobierno Regional de Lambayeque, la ejecución de un pozo tubular para la  irrigación de 10 hectáreas de cultivos de forraje que permitirá el mejoramiento en la crianza de cuyes y caprinos.

A la zona llegó el gerente del Proyecto Especial Olmos Tinajones- PEOT, ingeniero Francisco Gayoso Zevallos, con la finalidad de evaluar la ejecución de proyectos de inversión pública en beneficio de la población.

Gayoso dijo que elevará su informe al Gobierno Regional para que sea éste a través de las dependencias correspondientes ejecuten las obras.
Fuente: Vianca Zeña/RPP

TIEMPOS DE DOLOR Y DE ESPERANZA

pr-cristo
 
Frente a los luctuosos sucesos del 24 de junio en Juliaca, sacerdotes, religiosas, laicos (as) comprometidos(as) y diversas instituciones del ámbito de la diócesis de Puno, consideramos nuestro deber evangélico pronunciarnos públicamente. Nuestra primera palabra es de condolencia a los familiares de los cinco hermanos campesinos asesinados y de solidaridad con los más de 30 heridos de bala y perdigones, algunos de los cuales quedarán lisiados de por vida.
Constatamos que los habitantes de la cuenca del río Ramis desde hace años han venido reclamando pacíficamente ante el gobierno central una acción efectiva frente a la minería semiformal e informal que ha contaminado sus campos, sus animales y sus propias vidas. Al hacer este reclamo ellos están también pidiendo por la salud de todos nosotros, pues esa contaminación llega hasta el lago Titicaca y afecta los alimentos y el agua que consumimos en la región.

El gobierno de Alan García, sin embargo, no tomó en serio estas peticiones, llevó una política pro-minera, no cumplió los pactos acordados y dejó pasar el tiempo hasta que estalló el conflicto, como también ocurrió en Moquegua, Bagua e Islay. Y cuando en medio de la huelga, una turba intentó y en parte tomó el aeropuerto Manco Cápac de esta ciudad, policías de la DINOES y de la USE de Lima, apoyados por militares asentados en Puno, actuaron no en forma disuasiva, sino matonesca y disparando a quemarropa. Ahí fueron heridas y asesinadas incluso personas que no estaban protestando, como don Antonio Campos Huanca (58).
Estas muertes y graves agresiones contra la vida no pueden quedar impunes. Tiene que responder judicialmente el gobierno central, que es lento para dar soluciones y rápido para la represión.

También tienen que responder judicialmente la policía y los militares. Los huelguistas y sus dirigentes tienen que asumir sus responsabilidades y revisar autocríticamente su actuación en este fatídico 24 de junio, así como deslindar con infiltrados y provocadores presentes en su reclamo y exigir, previa investigación, sanciones para ellos.
Frente a una situación tan desafiante, reafirmamos nuestra fe en el Dios de la vida, que nos exige cuidarla a cada instante, pues la vida del pobre "es preciosa ante sus ojos" (Salmo 72, 14).

Reconocemos la causa justa del pueblo azangarino en su lucha por la descontaminación del río Ramis, que es una lucha por la vida de todos. Como los problemas siguen latentes y el dolor perdura, hacemos un llamado al gobierno central, al gobierno regional, a los gobiernos locales, al sector minero implicado en el problema y al campesinado organizado a deponer actitudes de indiferencia o agresividad para encontrar la mejor solución al conflicto.

La Pachamama, don de Dios, es casa de todos y está destinada para que todos tengamos vida en abundancia (Juan 10, 10). Aunemos esfuerzos para hacer este deseo realidad.
Juliaca, 27 de junio del 2011

P. Luis Jesús López, párroco de Cristo Rey - Juliaca;P. Jorge Huanca, párroco de Santa Catalina – Juliaca; P. Luis Zambrano, párroco de Pueblo de Dios - Juliaca; P. Marcos Degen, párroco de Arapa y Chupa; P. Manuel Vassallo, párroco de San Felipe - Caracoto; Misioneras Dominicas de Puno y Arapa; Hermanas de la Cruz de Chavanod; Comunidades Laicas de Santiago de Pupuja (COMLAS); CONFER Puno - Juli; Hna. Vilda Zamalloa - Juliaca; Fe y Derechos Humanos (FEDERH); Instituto Surandino de Investigación y Acción Solidaria (ISAIAS); Centro de Espiritualidades EMAUS; Casa Don Bosco - Juliaca; Centro de Desarrollo Humano (CEDEH) Centro de Promoción Integral para el Desarrollo Rural (CEPIDER); (CEADMUN); Mesa de Concertación de Lucha contra la pobreza – San Román.
http://bajolalupa.org/index.php?option=com_content&view=article&id=3181%3Atiempos-de-dolor-y-de-esperanza&catid=510%3Apronunciamientos&utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+bajolalupa-grupo+%28Bolet%C3%ADn+Bajo+La+Lupa.+%29