DÍA INTERNACIONAL DE LOS
TRABAJADORES
El Cuarto Estado, de Giuseppe Pellizza da Volpedo
------------------------------------------------------------------------------
El Día Internacional de los
Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento
obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar
diferentes reivindicaciones sociales y laborales.
Desde su establecimiento en la
mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos
tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional,
celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de
homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron
ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por
la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en
la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde,
el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta
reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, y se
celebra en muchos países.
Llamativamente, en Estados Unidos
y Canadá no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day
el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y
organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor,
en inglés). El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en
septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista
en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes
de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.
Manifestación del Primero de Mayo en París (año 2000).
Los hechos que dieron lugar a
esta celebración están contextualizados en los albores de la revolución
industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda
ciudad en número de habitantes de EE.UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada
año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas
humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores. Además, estos
centros urbanos acogieron a emigrantes venidos de todo el mundo a lo largo del
siglo XIX.
La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas de trabajo
Una de las reivindicaciones
básicas de los trabajadores era la jornada de 8 horas. El hacer valer la máxima
«ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la
casa». En este contexto se produjeron varios movimientos, en 1829 se formó un
movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho
horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas,
«salvo caso de necesidad». Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de
una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a
trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
La mayoría de los obreros estaban
afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más
preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del
Trabajo), inicialmente socialista (algunas fuentes señalan el origen
anarquista). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, ésta
había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada
de trabajo debería ser de ocho horas, yéndose a la huelga si no se obtenía esta
reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de
hacer leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el
interés de las organizaciones, que veían la posibilidad de obtener mayor
cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas, reduciendo el
paro.
El 25 de junio de 1868, el
presidente Andrew Johnson promulgó la llamada Ley Ingersoll,1 estableciendo la
jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con
jornadas máximas de ocho y diez horas (aunque siempre con cláusulas que
permitían aumentarlas a entre 14 y 18 horas). Aun así, debido a la falta de
cumplimiento de la Ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de
EE.UU. se movilizaron. La prensa calificaba el movimiento como «indignarte e
irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestó que era «lo
mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo».
Manifestación del primero de mayo en parís (año 2000).
EL DÍA 1 DE MAYO, LA HUELGA
Manifestación del Primero de Mayo en Barcelona (año 2008).
El 1 de mayo de 1886, 200 000
trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200 000 obtenían esa
conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago, donde las condiciones
de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país, las movilizaciones
siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica
de maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el 16 de febrero
porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una
iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2, la policía
había disuelto violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el
día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en
la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de
rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos)
comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno,
procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias
decenas de heridos.
El periodista Adolf Fischer,
redactor del Arbeiter Zeitung, corrió a su periódico donde redactó una proclama
(que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le
llevó a la horca) imprimiendo 25 000 octavillas. La proclama decía:
Trabajadores: la guerra de clases
ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su
sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los
chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los
trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el
terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores,
respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace
gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de
los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los
palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud
de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que
sufrís!
¡Tened coraje, esclavos!
¡Levantaos!.
La proclama terminaba convocando
un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde,
en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer
un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son
conocidos como la Revuelta de Haymarket.
LA REVUELTA DE HAYMARKET
Se concentraron en la plaza de Haymarket
más de 20 000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un
artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios
heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un
número desconocido de obreros.
Se declaró el estado de sitio y
el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados
y torturados, acusados del asesinato del policía.
Manifestación del Primero de Mayo en Éibar, Guipúzcoa País Vasco
(España) (año 1978).
Estos hechos represivos fueron
apoyados por una campaña de prensa con citas como:
Qué mejores sospechosos que la
plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos
comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son
otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de
nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en
todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!
La Prensa reclamaba un juicio
sumario por parte de la Corte Suprema, y responsabilizando a ocho anarquistas y
a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.
El 21 de junio de 1886, se inició
la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en 8. Las irregularidades
en juicio fueron muchas violándose todas las normas procesales de forma y de
fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados
fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco
a la horca.
PRISIÓN
Samuel Fielden, inglés, 39 años, pastor metodista y obrero textil,
condenado a cadena perpetua.
Oscar Neebe, estadounidense, 36 años, vendedor, condenado a 15 años
de trabajos forzados.
Michael Schwab, alemán, 33 años, tipógrafo, condenado a cadena
perpetua.
A muerte en la horca
El 11 de noviembre de 1887 se
consumó la ejecución de:
Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo.
Adolf Fischer, alemán, 30 años, periodista.
Albert Parsons, estadounidense, 39 años, periodista, esposo de la
mexicana Lucy González Parsons aunque se probó que no estuvo presente en el
lugar, se entregó para estar con sus compañeros y fue juzgado igualmente.
August Vincent Theodore Spies, alemán, 31 años, periodista.
Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero para no ser ejecutado se
suicidó en su propia celda.
Relato de la ejecución por José
Martí, corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires
(Argentina):
...salen de sus celdas. Se dan la
mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con
esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una
mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la
concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un
teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en
el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita:
"la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas
palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un
ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza
espantable...
El Crimen de Chicago costó la
vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número
exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de
bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes: italianos, españoles, alemanes,
irlandeses, rusos, polacos y de otros países eslavos.
CONSECUCIÓN DE LA JORNADA LABORAL DE OCHO HORAS
La hoz y el martillo, símbolo
tradicional de los partidos comunistas en el mundo. Representa al campesinado y
a los trabajadores industriales, respectivamente.
A finales de mayo de 1886 varios
sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios
centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios
y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la
historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas
industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado
a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando
hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
La consecución de la jornada de 8
horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. El propio
Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto
comunista dice:
Pues hoy en el momento en que
escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus
fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera
y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de
ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado
en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo
de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países
que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx
estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!
EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad, muchos países
rememoran el Primero de Mayo como el origen del Movimiento Obrero moderno. Hay
algunos que no lo hacen, siendo en general países de colonización británica,
como Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, que celebran el Labor Day (Día
del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de
octubre. En Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el
primer lunes de octubre en el Territorio de la Capital Australiana, Nueva Gales
del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y
Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el primero de
mayo en Queensland y el Territorio del Norte.
En 1954, el papa Pío XII declaró
el 1 de mayo festividad de San José Obrero. Últimamente se viene denominando a
este día como Día Internacional del Trabajo.
En Portugal, el Día Internacional
de los Trabajadores se comenzó a celebrar libremente tras el triunfo de la
Revolución de los claveles el 25 de abril de 1974. Mientras que en las grandes
ciudades se realizan manifestaciones promovidas por los sindicatos como la Inter-CGT
(Confederación General de Trabajadores Portugueses - Inter) o la Confederación
Sindical de UGT (Unión General de Trabajadores) en otros lugares como en el
Algarve se acostumbra a realizar comidas campestres.
Fuente: http://es.wikipedia.org/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nuestro Objetivo:
Favorecer las relaciones equitativas de género a través de la comunicación.
Estimular la diversidad cultural.
Promover el desarrollo Endógeno sostenible de los hombres y mujeres.
Consolidar una red interactiva entre las personas que creen en un mundo más equilibrado y más feliz.
Del Valle Para Todos convoca a todos y todas, para que contribuyan, cada una según su perfil, a la construcción de los valores ciudadanos.
La Humanidad espera tu aporte.