El Centro de Estudios Económicos,
Sociales y Políticos para el Desarrollo Nacional de AP ( CESPDEN AP ),
considera que los primeros diez meses de un gobierno marcan las principales
orientaciones de su devenir.
Cuanto más si se trata del gobierno del presidente
Ollanta Humala , cuya gestión se inició con un fuerte respaldo a la promesa
electoral de cumplir las demandas que dieron origen a las gestas del año 2000.
La enorme expectativa generada
entre los ciudadanos del país por esas promesas de cambio , justifica la
realización de un balance de las acciones gubernamentales contrastándolas con
los programas de gobierno de " Lucha por la Gran Transformación" y
luego por "La Hoja de Ruta" , el discurso gubernamental y el
significado de las demandas de las mayorías nacionales.
El recuento de las medidas
tomadas desde el 1 de agosto del 2011- cuando Ollanta Humala inicia su gobierno
- enseñan un camino conocido: el nuevo gobierno, para sorpresa y rechazo de la
población que votó por él y de los asesores y dirigentes nacionalistas que
abandonaron el barco humalista o fueron separados , está legitimando "por
otras vías" la política económica vigente en el Perú , desde el gobierno
fujimorista, toledista y alanista de economía de libre mercado y no de economía
social de mercado como señala la Constitución.
LOS
PROBLEMAS DE LA COYUNTURA POLITICA
Sin duda, hay un nuevo cuadro de
situación en el país y con el período agosto 2011-mayo 2012 debuta una
experiencia política distinta a lo vivido en las últimas décadas.
Si hay algo
que no debería sorprendernos son los cambios que Ollanta Humala ha venido implementando
tanto en los funcionarios y asesores que lo rodean, como en las líneas guía de
su gestión, decisiones políticas y la de políticas públicas desde que asumió el
gobierno en agosto del 2011.
Las nuevas demandas que tienden a ganar relevancia
son en gran medida instaladas por movimientos regionales, organizaciones
gremiales y empresariales y asambleas ciudadanas, pero también por una realidad
que mostró el estallido de contradicciones y problemas estructurales del modelo
político y económico.
El error del actual gobierno es
no haber dispuesto que los cuadros de GANA PERU ingresen a implementar las
propuestas del Plan de Gobierno y en la actualidad los sectores políticos del
aprismo, fujimontesinismo y toledismo permanecen aún en los altos cargos y
niveles de la administración pública y en muchos casos se han designado
funcionarios de alto nivel y de dirección a personajes “ contrarios” a las
propuestas nacionalistas.
Y, esta situación, obedece
también a la carencia de una ideología definida, primero, “ La Gran
Transformación” y luego la llamada “Hoja de Ruta” - una mezcla de
izquierda/derecha-; y, luego, a que los presidentes regionales, los alcaldes,
los congresistas, gobernadores, funcionarios del más alto nivel, con o sin
partido, una vez electos o nombrados, se acomodaron con el poder contra el cual
estaban corriendo.
Es decir, hay
que ser elegidos con la izquierda para gobernar con la derecha, como
afirman algunos comentaristas políticos. Total no hay doctrina, ni principios
valederos para un cambio realmente nacionalista; mucho menos revolucionario.
El conflicto minero Conga, la
toma de las carreteras en el norte y en el sur del país y los últimos
acontecimientos en Espinar, que terminó
con la salida de un sector de la izquierda del gobierno, y en el segundo caso, con la renuncia de los
ministros del Interior y de Defensa y la ratificación en el apoyo a las grandes
empresas mineras y de hidrocarburos resultan ser un episodio que se repetirá en
el futuro. Es decir, PRAGMATISMO PURO.
EJES DE CAMPAÑA
El presidente Ollanta Humala y
GANA PERU, prometieron en la campaña para ser elegidos, tres ejes que lo
diferenciaban de todas las agrupaciones políticas:
1.-Enfasis en la lucha contra la
CORRUPCION.
2.-Reforma Tributaria, que tenía como
eje central el incremento de impuestos a las industrias extractivas y el acento
en los tributos directos.
3.-Compromiso con la redistribución
del ingreso mediante la generación de empleo digno y políticas de mejoramiento
de la educación y la salud, combinadas con distintos programas sociales y previsionales.
En otras palabras, una apuesta por más Estado, inclusión social y participación
ciudadana y el fortalecimiento del mercado interno.
LUCHA CONTRA LA CORRUPCION
En el primer caso, el gobierno no
parece interesado en combatir a la
CORRUPCION; y, lo que es peor, empieza a recaer en vicios tradicionales de
acomodo con los responsables de la corrupción del gobierno de Alan García, al
extremo que éste último ha salido a los medios de prensa anunciando su apoyo.
La megacomisión que investiga las presuntas irregularidades del gobierno
aprista en la última gestión, cuyo presidente es el congresista nacionalista,
Sergio Tejada, ha iniciado su labor investigando la remodelación de los
llamados colegios emblemáticos y es de esperar resultados objetivos que lleven
a la acusación del ex presidente y de algunos de sus ministros.
La
participación del congresista acciopopulista, Yhony Lescano - y es de esperar
la de los otros congresistas que integran la megacomisión- garantizaría en
cierta forma la acusación pertinente. Qué distinta situación, a lo ocurrido en
el Gobierno de Transición del ex presidente Valentín Paniagua, que estableció
todos los mecanismos para que a los corruptos del gobierno fujimorista, se les
abriera proceso judicial y hoy muchos de
ellos purgan carcelería.
NOTA INSUFICIENTE: DESPEGUE ECONOMICO Y CAIDA
EN LAS ENCUESTAS
Con nota insuficiente se puede
calificar el período gubernamental del presidente Ollanta Humala.
Definitivamente, la administración no ha cumplido lo que prometió y en general
“ no sabe hacer política”;
particularmente demostrado por la actuación de los primeros ministros
Lerner y Valdez y su falta de afiatamiento político.
Las incapacidades demostradas por
el Gobierno por sus excesivas promesas incumplidas son mal evaluadas por la
ciudadanía, que en las encuestas reflejan su desaprobación del orden del 60% .
Está demostrado que el enfoque de
desarrollo no deben basarse sólo en la maximización del crecimiento económico,
sino que tiene que contemplar también las dimensiones de equidad y de
sostenibilidad.
Conforme el enfoque del Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), seguir haciendo las cosas como
siempre no es ni sostenible ni equitativo, pero los intentos por avanzar se
enfrentan a restricciones en el ámbito de la economía política.
Hay dos ejes igual de
importantes, uno es la sostenibilidad , en términos de recursos naturales y
capital natural que utiliza un país, y el otro es cómo se distribuye la
riqueza, porque puede tener un producto interno bruto ( PBI ) alto, pero si
está concentrado en 5% de la población, el país no camina con equidad y las consecuencias son la
desigualdad social y las movilizaciones de la población que se siente engañada
y defraudada por tanta promesa incumplida.
MARCHA
DE LA ECONOMIA CONTRADICTORIA
La falta de una política
económica que favorezca también a los pobres y pobres extremos - a pesar de las
declaraciones del Ministro de Economía, Luis Castilla, de que el modelo
económico implementado por la gestión Humala reduce la desigualdad, conforme
también lo aseguraba su antecesor, Luis Carranza, en la gestión García -, ésta
última continúa: Los ingresos de los trabajadores se redujeron, en el período
2006-2011, en la gestión Alan García y en la actualidad sigue parecida
tendencia, pues los ingresos de los trabajadores de Lima, por ejemplo, es de
menos de US$ 350 al mes y de US$ 4,500 anuales; mientras que en nuestro vecino Chile
alcanza a US$ 20,000 al año; y las horas laborales se incrementaron en dicho
período.
Hasta junio del 2010, según el INEI el PBI creció 8.2% y hasta abril
del 2012 superó el 6% y la población ocupada en promedio en 5%.
Esto significa
que la productividad de cada trabajador creció en 3%.
Los ingresos reales de la
población en consecuencia debieron aumentar, pero en su lugar se redujeron en
-1.5%, según el informe de Centrum Católica.
Por el contrario, las utilidades
de las principales empresas mineras, hidroenergéticas, bancarias y comerciales
de la Bolsa de Valores de Lima, crecieron nominalmente en 22% y en términos
reales en 20.4%. Ello explica que la desigualdad económica se ha incrementado.
Parte de esa desigualdad que
señalamos son las dificultades que encuentran los sectores populares para
acceder a servicios de educación, salud y comunicación de calidad.
Un párrafo
aparte merece la situación de la vivienda. Durante estos años han aumentado
significativamente los proyectos constructivos para una clase media emergente,
pero que se contrapone con la inmensa cantidad de población pobre y extrema
pobre que vienen dejando en evidencia la insuficiencia de los mismos.
De otro lado, los estudios
oficiales de éste y del anterior gobierno, intentan demostrar que “el modelo
económico implementado por los gobiernos de Alan García y de Ollanta Humala
reducen la desigualdad” .
Destacan que la diferencia entre el 10% más rico y el
10% más pobre se redujo de 37 a 16 veces (2006-2012 ), que el índice Gini
declinó de 0.54% a 0.39% y que la participación de los trabajadores en el
ingreso mejoró de 34.5% a 44.9% en dicho período.
Estos cambios han seguido una
pauta cíclica determinada por el nivel de actividad y los vaivenes del mercado laboral. Si se considera un período
prolongado se verifica, generalmente,
que el coeficiente Gini prácticamente no cambió entre mediados de la
década de los noventa y el 2011.
En todo caso, para la información
macroeconómica, aparece la dificultad de los indicadores construídos con datos
del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), éstos no tiene
fiabilidad alguna desde hace más de dos décadas. Además, las estadísticas sobre
la distribución del ingreso (división del PBI entre salarios y ganancias), que
deberían estar a cargo del Ministerio de Trabajo, están discontinuadas.
Lamentablemente, la función
principal que necesariamente debe asumir el Ministerio de Economía y Finanzas
(MEF), bajo la conducción del ministro Castilla, en realidad opera sobre todo
como un Ministerio de Hacienda.
Lo que hoy se aprecia en el MEF es
esencialmente un manejo técnico-contable antes que uno económico. El MEF no
tiene iniciativas de política económica y se maneja con un criterio ortodoxo;
con algunas excepciones como el Plan de Estímulo Económico durante la crisis
internacional y el Pedido de Facultades Tributarias al Congreso Nacional; y,
cuyo contenido y alcance no necesariamente encierra una verdadera Reforma
Tributaria.
De otro lado, consideramos que la
estabilidad macroeconómica es fundamental y en ello la participación del MEF y
del Banco Central de Reserva cumplen a medias este cometido.
Sin embargo, como
lo señala Martín Wolf, economista de Financial Times, el nuevo rol de los
bancos centrales es permitir que el protagonismo de las políticas económicas lo
asumen aquellas que se orientan a mejorar la productividad , la calidad y el
nivel de empleo, la protección del medio ambiente, la inclusión social y toda
iniciativa de política económica que apunte alcanzar un desarrollo sostenible
de mediano y largo plazo.
El nuevo papel de los bancos centrales es la búsqueda
del equilibrio de las antiguas funciones como formuladores de políticas
monetarias con nuevos roles, actuando como custodios de la estabilidad
financiera.
El MEF debería fijar la meta de
la inflación y el Banco Central de conseguir dicha meta. En esto último deberá
tener autonomía absoluta.
El Banco Central debe adecuarse a
la nueva tendencia mundial que le compete para regular no sólo la estabilidad
monetaria, sino también la estabilidad financiera y el desarrollo económico con
inclusión social.
Lima, 1 de junio
del 2012
Víctor Medina
Calderón
Director
CESPDEN AP
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